La Luna
La luna, el agua y nuestras emociones
La Luna describe una trayectoria elíptica alrededor de la Tierra. La distancia de la Luna a la Tierra es de 384.405 km aproximadamente, una longitud ligeramente variable debido al recorrido de la Luna y a los movimientos de rotación de la Tierra y la Luna respecto al eje de cada una. Ello determina que la Luna se aprecie mejor desde los polos de la Tierra que desde otras regiones. Cada vez que la luna cruza la elíptica, se produce un eclipse lunar o solar y se determinan las diferentes fases de la luna. La Luna atrae con su fuerza de gravedad a la Tierra, generando el movimiento de las masas de agua de la Tierra y las mareas altas cada 24 horas.
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Ian llega feliz a la cabaña por el maravilloso día vivido. Corre directamente a la cocina con sensación de hambre. Allí percibe un olor a dulce y especias mientras observa a su abuela amasando y preparando una bandeja con bolitas de masa junto al fuego. Todas las cosas de la cabaña le causan curiosidad, como la caja de piedra que descansa sobre la chimenea y se pregunta si su abuela sabrá tantas historias como su abuelo. Ian sube a su habitación y observa atentamente la luna por la ventana. Pasado un rato, su abuelo le llama para cenar. En la mesa encuentra panes redondos, leche, queso y una deliciosa sopa de cordero.
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Abuelo, la luna está saliendo; la vi desde mi ventana.
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Hoy tenemos luna llena. La luna tiene cuatro fases y, aunque ella es redonda y no cambia su forma, no siempre la vemos igual. Este cambio aparente de la luna se debe a que en su trayectoria va cambiando su posición respecto al Sol y la Tierra, generando diversos patrones de visibilidad desde donde nosotros la apreciamos. La luz del Sol siempre ilumina una parte de la Luna. Cuando la Luna se ubica justo entre el Sol y la Tierra, durante la Luna Nueva, ella recibe la luz en su cara posterior a la parte visible desde la Tierra, así que no podemos observarla. A medida que la Luna se desplaza, podemos observar cada noche una mayor parte iluminada, durante su fase de Cuarto Creciente. Cuando la Tierra queda ubicada entre la Luna y el Sol, podemos observar completamente la cara de la Luna que el Sol ilumina, en su fase de Luna Llena. A medida que la luna se sigue desplazando, cada noche observaremos una menor porción de su cara iluminada, en su fase de Cuarto Menguante. Este ciclo lunar ocurre cada 28 días aproximadamente y sólo es percibido así desde la Tierra.
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El ciclo lunar se usa para dirigir las tareas agrícolas del cultivo de las plantas. En luna nueva se preparan los semilleros, en luna creciente se trasplantan las plantulitas al huerto. En luna llena se abona y en cuarto menguante se hace la poda para que la planta crezca fortalecida.
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Abuelo, ¿y cuál es el elemento de la luna?
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Es el contrario al del sol: es el agua. La luna representa lo femenino, la mujer, la madre y lo que sentimos.
En la antigüedad, los griegos la asociaban con la Diosa Deméter, quien representaba a la Tierra, a la madre de todos los Dioses. Artemisa era una diosa guerrera con arco y casco y le daba comida a aquellos que lo necesitaban, y ayudaba a las mujeres a tener sus hijos. Perséfone era la hija de Deméter: un día el dios Hades se enamoró de ella y la llevó a su reino de la oscuridad. La Diosa Hera es la madre de casi todos los dioses; ella se casó con el gran dios Zeus y se encargaba de cuidar el orden a su alrededor. Cada diosa está asociada por su significado a la energía de la luna y a sus fases. La luna llena está asociada a la diosa Deméter y representa la abundancia y la fecundidad en todo su esplendor. Artemisa representa la luna creciente, pues con su actividad de caza y lucha traía la abundancia a su pueblo. Perséfone representa la luna menguante pues se encargaba de mantener el pueblo en orden y de quitar todo lo malo a su alrededor. Mientras que Hera representaba la luna nueva.
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Ian ya tiene sueño y se quiere ir a dormir, así que se despide de sus abuelos con un beso de buenas noches.
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Cada fase de la luna nos conduce a un estado interno particular. La Luna nueva nos lleva a un estado de renovación y limpieza en la que nos encontramos con nosotros mismos y con nuestra energía interna. Es una fase propicia para planificar nuestras metas y lo que queremos conseguir en esos 28 días que tiene el ciclo de la luna. La fase de cuarto creciente es una fase de apertura en la que nos nutrimos del exterior, añadimos cosas a los proyectos, adquirimos conocimiento. Durante la luna llena nos encontramos en nuestro esplendor del ciclo lunar, así que sentimos que las cosas son posibles, sentimos que controlamos las emociones y a veces puede conducirnos a un exceso de energía que necesitamos cuidar. Durante la luna menguante empezamos a retraernos, a desechar lo que no sirve, a hacer limpieza interna y nos dedicamos más a nosotros mismos y que nos prepara para entrar a la próxima luna nueva.
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Además, cada 2 a 3 días la luna va cambiando de signo. Cada vez que pasa por un signo diferente del zodiaco, las emociones van tomando la actitud de ese signo. La Luna en Géminis significa comunicación, extroversión, las emociones salen hacia afuera. La luna en Cáncer es de hogar, de casa, de protección. En Leo sentimos que queremos gobernar o que queremos ser el centro de atracción, que los demás tienen que tomar en cuenta nuestras emociones. La luna en Virgo es más intelectual, retrospectiva, nos volvemos críticos de nuestro entorno. En Libra pensamos en nuestra pareja, en el amor, en las otras personas con las que convivimos, en el equilibrio de nuestras emociones con los demás, y las emociones van de acuerdo a la mirada del externo. En Escorpio sentimos el deseo de tener cosas, somos posesivos, celosos, misteriosos y algo intrigantes. En Sagitario necesitamos algo que nos nutra emocionalmente (una palabra de aliento, conocimiento). En Capricornio nos preocupamos por nuestras metas, en las tareas pendientes. En Acuario necesitamos de nuestros amigos o de alguien que nos escuche, o queremos escuchar a los demás. En Piscis tenemos necesidad de ayudar a alguien o de pedir ayuda. En Aries nos sentimos emocionados, con ímpetu de hacer cosas, tenemos mucha energía y por esta razón a veces caemos en confrontaciones, Tauro nos asentamos, nos volvemos reflexivos, hacemos balances financieros y sopesamos recursos económicos.
Considerando los signos por los que va pasando la luna, cada mes podemos planificar en sintonía con la luna y saber cuándo es propicio hacer qué.
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Simbólicamente la media luna representa el alma. Dos medias lunas juntas representan la reencarnación del alma. En una carta astral, la luna representa simbólicamente nuestro subconsciente, nuestro pasado, nuestra relación con la familia, nuestra relación con la madre, nuestra relación con el hogar en el que nacimos y nos criamos, las raíces que nos pertenecen, nuestra cultura. Allí también se indica nuestra necesidad de seguridad emocional. De acuerdo con el signo donde está ubicada la luna, podemos interpretar esos factores emocionales dentro de nuestra vida y la forma en la que nos conectamos con el entorno en un plano emocional.