Mercurio
Gran título
El planeta Mercurio
Desde la antigüedad, el hombre estudió el ciclo de las estrellas y, en su interés, les puso nombres, asignó simbologías y las relacionó con el medio ambiente.
Mercurio forma parte de los planetas personales que, junto a la Luna y el Sol, determinan nuestra personalidad y directamente quiénes somos con relación a cómo actuamos y cómo nos dirigimos en nuestro entorno. Estos planetas personales corresponden a Mercurio, Venus y Marte, que ejercen una influencia mayor por estar bastante cerca de la Tierra.
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Mercurio es el planeta más cercano al Sol y también el más pequeño del sistema solar. Casi no tiene atmósfera, por lo que no puede retener o regular el calor que recibe, con lo cual pasa de -163 ËšC en su lado de noche a más de 400Ëš C en su lado de día. Está compuesto fundamentalmente de hierro y su superficie está llena de cráteres y marías (depresiones) como la Luna. La órbita de este planeta es la más excéntrica del sistema solar y describe claramente una elipse.
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En la era precristiana se reconocían dos planetas: Apolo que se veía de día y Mercurio que era visible de noche. Pitágoras luego aclaró que se trataba de un mismo planeta: el más rápido del sistema solar. Al no explicarse cómo Mercurio podía ir tan rápido, fue tomando su nombre de mensajero de los dioses. Mercurio tarda sólo 88 días terrestres en dar la vuelta al sol, en contraste a los 365 días que tarda la Tierra. Además, tarda 59 días terrestres en dar una vuelta sobre su propio eje, lo cual correspondería a un día mercuriano. Cuando Mercurio rota 3 veces sobre su eje, ya ha dado dos vueltas enteras al Sol, en un periodo de 176 días terrestres; éste es el tiempo que le toma al Sol regresar a su misma posición y es casi el doble de un año terrestre.
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Además, Mercurio adopta diferentes velocidades orbitales: hacia su perigeo (punto de la órbita más cercano al Sol) tiene una velocidad casi del doble de la de su afelio (punto de la órbita más alejado del Sol). Es el planeta menos inclinado de todo el sistema solar, pues su eje axial (línea imaginaria que atraviesa los polos) tiene una inclinación menor a un grado.
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Mercurio tiene amaneceres dobles. Desde la tierra, que tiene una rotación de 24 horas, el sol sale desde el este y cae por el oeste. En ello también ayuda el movimiento de traslación. Vista desde el sol, la Tierra se mueve de este a oeste. Todos los planetas tienen velocidades orbitales variables según las leyes de Kepler. Cuanto más alejado del Sol, el planeta se moverá más lento y cuanto más elíptica la órbita, mayor la diferencia de velocidades. En el caso de la tierra, la órbita es muy poco elíptica, casi circular, y por lo tanto las variaciones en su velocidad son muy pequeñas. En el caso de Mercurio con su órbita marcadamente elíptica, las variaciones de velocidad son mucho mayores.
La rotación de Mercurio no es cientos de veces más rápida que su traslación (como lo es en la Tierra), sino que es sólo 50% más rápida. Eso quiere decir que, si el movimiento aparente del Sol debido a la translación de Mercurio aumenta, cada 50% sería suficiente para contrarrestar el movimiento aparente del Sol debido a la rotación de Mercurio. Entonces, parecería que el Sol estuviese detenido en el horizonte. Varía tanto que a veces es suficiente para que parezca que el sol retrocede. Si estamos en la superficie de Mercurio, se podría ver un doble amanecer, pues el sol sube, se vuelve a ocultar por el poniente y vuelve a amanecer para seguir su trayectoria. Durante un atardecer mercuriano, veríamos el primer atardecer, luego el Sol retrocediendo, luego un nuevo amanecer y, finalmente, el Sol se pone completamente.
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La mayoría de los planetas del sistema solar se mueven en la misma dirección de rotación del Sol, excepto Venus y Urano. Este movimiento se llama prógrado. Un planeta que aparenta moverse en dirección contraria se dice que tiene un movimiento retrógrado. Esto ocurre puesto que todos los planetas no tienen la misma velocidad orbital: los planetas más cercanos al sol se mueven más rápido que los que están más alejados. Pensemos que estamos conduciendo un automóvil y que vamos a adelantar a otro del canal lateral. Si lo vemos por la ventana, parecería que el otro carro está retrocediendo, cuando en realidad, nosotros nos estamos desplazando a una velocidad mayor y nos estamos adelantando. Así funciona el movimiento retrógrado: relativo al punto del cual miremos y la Tierra siempre es nuestra referencia. Pero ¿Cómo es que, aunque Mercurio se mueve más rápido que la Tierra, entra en un movimiento retrógrado? Como todos los planetas, Mercurio se mueve más lentamente en el punto de su órbita más alejado del Sol. En ese momento, la Tierra puede rebasarle y por eso vemos su aparente retroceso. Sin embargo, Mercurio no está realmente retrocediendo, sino disminuyendo su velocidad.
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Ian estaba en la granja con su abuelo, aprendiendo sobre todas las cosas de la cotidianidad, como plantar en el huerto, cuidar los animales, sacar los animales a comer, recoger los huevos y, mientras tanto, ayudaba a sus abuelos y su amigo Simón. Parecía que las actividades de la granja nunca terminaban y siempre había algo que hacer. De repente, una mañana, el abuelo le pidió a Ian que preparara algunas cosas para ir de viaje, a una granja cercana que quedaba a dos días de camino. Ian se emocionó y preparó su bolso con su cuaderno de notas. Así, prepararon la carreta y se despidieron de la abuela y de su amigo Simón, saliendo por el sendero de la granja.
Abuelo, ¿cuál es el motivo del viaje?
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En esta zona donde vivimos hay muy pocos habitantes y cuando un vecino requiere ayuda, nos trasladamos hasta su granja. Este es el tiempo de recolección en casa de la familia que vamos a visitar, así que los vecinos nos reunimos para ayudar en la cosecha a cambio de parte de esos alimentos que almacenamos para el futuro.
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Abuelo, ¿y cómo te enteraste que es el momento de recoger la cosecha?
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Por los ciclos de la luna sabemos cuándo es tiempo de recolección. Y, además, tenemos un sistema de comunicación muy particular: palomas mensajeras. Colocas una pequeña nota amarrada con la patita de la paloma y ella vuela hacia donde la dirijas: son nuestros pequeños mensajeros. Así nacieron los primeros sistemas de comunicación en la antigüedad.
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Abuelo, ¿y la comunicación también es energía?
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Por supuesto. Es una energía que viaja transmitiendo un mensaje. En la antigüedad, le relacionaron con el planeta Mercurio. Mercurio es el planeta más cercano al sol, se encuentra entre 46 y 70 millones de kilómetros de distancia y tarda 88 días en dar una vuelta al sol.
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¿Y este planeta también tiene un Dios?
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Los romanos lo llamaban el Dios Mercurio. Entre los griegos se llamaba Hermes y se encargaba de llevar a las personas que morían al inframundo, donde reinaba el Dios Hades. Como Mercurio no le tenía miedo a Hades, entonces transportaba las almas hasta su reino y así tomó el nombre de mensajero de los dioses. De llevar tanta información, acumuló mucha experiencia y llegó a conocer tantas cosas distintas que podía engañar a cualquiera con sus argumentos. Así se convirtió en un Dios muy astuto y rápido.
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En ese momento sonó un sonido extraño, pues la carreta sufrió un daño. El abuelo buscó y buscó hasta que encontró una pequeña fisura en la rueda que inmediatamente se dispuso a reparar, mientras seguía conversando con Ian.
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La rueda fue muy importante en la antigüedad y las carretas fueron los primeros medios de transporte en el pasado. Así se transportaban las cosechas. Fueron dedicadas al Dios Mercurio y cada vez que las personas iban a viajar le daban ofrendas a Mercurio.
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Continuaron el viaje hasta llegar a la granja de los vecinos. Allí salieron dos niños a recibirlos y a lo lejos Ian vio un hombre fuerte de la edad de su papá y una mujer embarazada.
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El simbolismo de Mercurio: está compuesto de la unión de tres símbolos, donde el espíritu (representado por un círculo) es la unión de dos polaridades; el alma (media luna) y la materia o lo terrestre (cruz). La posición del planeta Mercurio en una carta astral, indica cómo es la persona en su interacción intelectual, su diálogo con los demás, su comunicación, su realidad concreta, su pensamiento y su forma lógica de llegar a las cosas. Es la lente con la que enfoca su creatividad y también muestra sus diálogos internos, lo que piensa.
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Como Mercurio es el planeta regente de Géminis y Virgo, su interpretación en la carta también debe ser relativa a lo que sucede con esos dos signos en particular. También es importante la Casa en la que se ubica Mercurio, la cual relata cómo son expresados los pensamientos, cómo esa persona se conduce hacia los demás, cómo se comunica. Mercurio es regente de la Casa 3, por lo que la posición de Mercurio en la carta indirectamente se relaciona con la Casa 3. Géminis es aire, virgo es tierra. Si Mercurio se acerca más al elemento aire (Géminis es un signo de aire), entonces la persona vuela más en la imaginación, es más expansiva, más dispersa. Cuando Mercurio se acerca a Virgo (signo de Tierra), el pensamiento se vuelve más concreto, detallista, observador, más terrestre. Así las explicaciones son más lógicas. argumentos son más lógicos.